martes, 16 de febrero de 2010

He vuelto.



Como todas las cosas que vuelven (como el turrón de navidad, aunque mucho mas dulce) este blog no iba a ser más. Ni menos. Acábose los exámenes, y todas las desgracias que ello conlleva para un joven como yo que tanto aprecia su tiempo de ocio. En cuanto al blog, le hice unos pequeños cambios (alguien me pregunta que me he hecho en el "pelo"?) y las reformas no quedarán ahí, a partir de ahora introduciré una sección llamada "frikis de la política", os aseguro que os vais a tronchar, no por mi características mordacidad ni mis versos ágiles y bien construídos (cuando pusieron en barrio sésamo que era la humildad no vi el capitulo, y se nota), sino porque trataremos de diseccionar algunos personajes y partidos políticos de la actualidad que son, dejándonos de rodeos, auténticas aberraciones de la naturaleza. Por lo demás, retomaré el tema de la charla de Enric Durán que quedó pendiente, y nada más, para rellenar de contenido la entrada de regreso voy a dejar algo que escribí... que no sabréis ni a qué me refiero con ello, pero no me importa, me gusta la prosa y no sólo escribo sobre política sino también sobre lo que siento y dejo de sentir, es una especie de terapia, que no está la cosa para ir al psicólogo, ahí os lo dejo:

Lejos.

Me desplazo por senderos sombríos, buscando un remanso de paz donde pueda descansar y sanar mis heridas rodeado por los tiernos brazos del sonido blanco. Trato de olvidar aquello que me desgarra por dentro, las espinas que me oprimen el corazón al sentir, pero da igual, aún cuando no recuerdo el significado del dolor, o de un beso, siguen estando ahí esas cicatrices. Cicatrices que son símbolos de un pasado, trazos de un mapa que conforma mi burda existencia. Siempre me alejo lo suficiente del dolor para no tenerlo que enfrentar, pero nunca lo suficiente para dejarlo atrás. El dolor no me hace sentir humano, me hace sentir sucio (¿aunque, qué diferencia hay?) y envenenado por dentro. En este mundo que olvidó como ver el cielo, y en el que la hipocresía campa a sus anchas disfrazada de sonrisas perfectas del todo a cien. Aunque moribundo, me enseñaste a trazar la línea, a no malgastar lágrimas en aquellos que lastran la tierra. En no escribir cartas de amor a quién abusa del mismo.

Lo sé, soy distinto a como recuerdo, fui un alma que se corrompió buscando la virtud. Ignorándome a mí mismo, y viviendo para una hermosa mentira, para una droga que me enardecía, me extasiaba, me hacía dar vueltas entorno a un frenesí desprovisto de razón. Tanto es así que ni mi nombre acertaba a recordar. Y todo eran luces, y el conjunto de criaturas que me devoraban sin piedad, bondadosas, y todas esas cadenas parecían firmes compromisos hacia una libertad superior, hacia la verdad que mi epidermis conocía en los accesos de un placer fatuo y antiguo. Cuando perdí mi dimensión, cuando me convertí en sangre y carne, cuando dejé de hablar, de pensar, de gritar y rebelarme. Aún cuando trataba torpemente de reaccionar con cólera hacia el terrible mundo que me rodeaba, no podía ser libre. Era esclavo de mí mismo. Y sólo trataba de mirar el orden actual de las cosas como el único posible, por eso no quise cambiar, el miedo me aprisionaba, y el terror me aconsejaba no ceder al cambio, por eso abandoné mi mundo, y mi rostro se borró bajo la inoperancia de mi actitud, ante la ignominia del amor. Ese amor que no era más que una dictadura dibujada en el conformismo. Por eso, hasta que no conseguí librarme de mis prejuicios, de mis arcaicos conceptos, de mis dogmas sin fundamento, no conseguí volver a ser yo.

Ya no soy el mismo, ni nunca lo volveré a ser, de la guerra no quedó nada de mí que pudiera salvar. Empiezo, pues, de cero. Ahora estoy avisado, oculto lo que puedo, ya no existe inseguridad o desprecio, ni odio ni tristeza, ni amor ni sonrisas, ni amigos ni enemigos, ni razón ni locura, nada de eso, sólo quiero alejarme.

Sólo… quiero estar

Lejos.

5 comentarios:

  1. ¡Bienvenido de nuevo a los espacios cibernéticos de la resistencia contra el pensamiento único!

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  2. Me alegro de verte por este mundo y además expresando sentimientos profundos.
    Un saludo relajado sin examenes.

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  3. Wenas!! Me alegro de tu vuelta, yo también acabo de salir de esa espiral de estudio masivo. Me ha gustado tu escrito, muy profundo y sincero.
    Esperaré esa nueva sección,tiene que estar bien.
    Saludos y espero que te hayan salido bien los exámenes!!

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  4. @ alterglobalizacion: gracias por la bienvenida, seguimos buscando esa alternativa necesaria

    @ Jose Antonio: espero poner algunos de mis escritos mas a menudo, puesto que me parece algo muy bueno para desahogarme, un saludo

    @ Lia: la coña de los exámenes es que nada más terminar volvemos a comenzar un nuevo cuatrimestre XD que mala pata, no me abunda el tiempo como me gustaria, en todo caso espero poder dedicarle tiempo al blog, nos leemos

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  5. ya hacia falta un poquito de caña, y a pesar del retardo del comentario, 4 días por lo que veo, no es tanto el tiempo pasado como el comentario dejado, y es que promete bastante esa caña a los que, en teoría, son los seres superiores que nos han de gobernar(que seguro que más de uno tendrán que obedecer en sus humildes casas a la esposa,como debe ser, y callar a los niños con un fajito de 50 billetitos de 500).

    En otras palabras, buon ritorno y a seguir en la brecha de la crítica. Por cierto, ya tengo la invitación para el seminario de Aitor Zárate, te vienes?

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