lunes, 14 de febrero de 2011

Lilya 4-ever, o el cine como escape de la fantasía.


Palabras de amor a mi querida Lilya...

Naciste pura como un ángel, y te fuiste como uno, volando con tus alas de esperanza por encima del firmamento, sonríe...

Lilya no es la expresión del cine como válvula de escape de la realidad, es un mazazo en la cara del mundo occidental, un mundo despiadado, hundido, falto de escrúpulos y de moral, es la ventana de aquella realidad que desde nuestras cómodas vidas de primermundistas rechazamos categóricamente, es la miseria, los andrajos que ocultamos en nuestra cínica opulencia.

Una de las mejores películas que he visto, cine que te desgarra por dentro, te desespera, te hace sufrir y vibrar, te hunde en el pesimismo más atroz y en la tristeza más profunda, porque sólo a través de la comprensión del infierno humano se puede comprender el valor de la vida.

Una película que sin pecar de excesos ni artificios supone un ejercicio de reflexión interna, siendo como es una obra que te revuelve por dentro sin acudir a recursos infames característicos del cine de hollywood,

Lilya 4-ever es una pequeña obra de arte tocada lentamente en pequeñas composiciones llenas de sencillez y sentimiento, son cuadros de lo cotidiando con una luz que convierte cada escena en una delicia, en un paisaje mágico que parece ajeno a este mundo.

Lo rutinario y lo onírico se hunde en un apasionado abrazo, y como si de dos amantes se tratasen, se unen en un rítmico baile lleno de sensaciones extremas.

Una película imprescindible.

- A partir de aquí contiene Spoilers, léalo bajo su responsabilidad -


Lilya 4-ever nos sitúa en un paraje símbolo antaño de la utopía, una abandonada población de la actual Rusia pos-soviética, una Rusia que se ha insertado plenamente en la maquinaria capitalista y se constituye como un país repleto de miserias, hambre, desempleo y desigualdades extremas.

Lo peor de Rusia no se encuentra en la etapa soviética, lo peor de Rusia se encuentra sin lugar a duda en la Rusia actual de los niños abandonados en las calles que para sobrevivir se prostituyen y esnifan pegamento, de un sistema que banaliza al ser humano y antepone la riqueza de unos pocos a todo bienestar general y a la justicia, es la imagen de la actual Rusia, un auténtico vertedero, una cloaca en el mundo.

La película recuerdo irremisiblimente a "los niños de la estación de leningradsky", siendo éste un docu-drama y la película una obra de ficción que bebe a borbotones de la realidad de la rusia actual. Es un análisis de la brutalidad de las condiciones de vida de los eslabones más débiles de la sociedad en un sistema inhumano, siendo éstos eslabones representados por Lilya y su pequeño amigo Volodya, que tratan de sobrevivir solos y desamparados ante las adversidades y los peligros que se le presentan ante una sociedad que les ha olvidado, que los observa sin mirar, que puede permitir que se produzcan las peores atrocidades delante de sus propias narices sin sentir remordimiento alguno.

Los sueños de Lilya son ir a EEUU para realizar el sueño americano y alejarse de su gris pueblo dejado de la mano de Dios, como suele ocurrir, la idealización que los más pobres tienen hacia los paises del mundo desarrollado-capitalista se retratan como una serie de ideas ingenuas y sin fundamento, y sin embargo Lilya se aferra a lo que ella conoce de ese mundo brillante y de abundancia como su única vía para escapar del eterno hastío que la asfixía en su país, al ser abandonada por su madre (que parte precisamente a EEUU con promesas de volver a por ella, para posteriormente renunciar a reconocerla como hija) y echada de su propia casa, se adentra en el mundo de la prostitución, aquel mundillo que tantas veces se nos ha dicho desde aquella mentalidad de la progresía liberal que es un trabajo más y que la película claramente muestra desde óptica realista que no es así y que el sufrimiento físico y mental para Lilya se hace insostenible.

Más tarde Lilya conoce a un joven y atractivo sueco del que se enamora, éste le promete una mejor vida en Suecia, y ella sin pensarlo dos veces se adentra sóla de lleno en una de las puntas de lanza de la sociedad "democrática" del "bienestar", allí se ve obligada a ejercer la prostitución forzadamente y bajo condiciones brutales, encerrada en un piso del que no puede salir excepto en los momentos en los que su "dueño" la reclama.

Mientras tanto, Volodya, su mejor amigo de apenas 13 años se suicida tragándose un bote de aspirinas, abandonado por su padre y durmiendo en mugrientos edificios a la intemperie.

Suecia se retrata como el país poderoso y democratico, pero podría ser cualquiera, EEUU, España, Francia, es el país hipócrita que se aprovecha de la miseria ajena y de los débiles ubicados en los paises más pobres, como Rusia, una especie de cadena humana infame de la que todos somos en alguna manera (directa o indirectamente) culpables.

Lilya es una muestra detallada de como funciona este mundo de poderosos y débiles, un soneto desgarrador a un ángel que perdió la alas pero que vuela hacia su libertad, escapando de la esclavitud a la que lo someten auténticos monstruos que por dinero venden el cuerpo y la carne.

"Pero mi alma sigue siendo mía"

Así es.